martes, 18 de mayo de 2010

Matrimonio gay… ¿qué estamos debatiendo?


Hay un punto que tenemos que tener bien claro los argentinos a la hora de pararnos frente al debate sobre el matrimonio gay.
No estamos discutiendo la “normalidad” o la “naturalidad” de los homosexuales. Esta es una discusión que se ha instalado, forzadamente, en forma paralela.
Este no es un debate entre sociólogos, psicólogos y médicos. No estamos analizando si está bien o mal que un hombre elija a otro hombre para convivir o para tener sexo. Por suerte vivimos en un país libre, en el que los homosexuales no son apedreados en un hoyo por el hecho de ser homosexuales. A fuerza de ser claro en la idea, no es delito ser puto o lesbiana.
El debate en cuestión consiste en un punto central: a los homosexuales que ya existen, que eligieron vivir con otra persona de su mismo sexo, o a los que están de novios y les gustaría planificar un futuro juntos, les otorgamos o no, el derecho a elegirse legalmente como esposos.
Una vez que decidamos esto, podremos continuar con todos los análisis físicos, psicológicos o religiosos que se nos ocurran. Pensaremos parecido o diferente, la ciencia dará pasos adelante para poder demostrar o no el origen físico o psicológico de esta condición sexual.
En fin, el tema dará tela para cortar por muchos años. Mientras todo esto ocurra, tenemos que decidir si los dejamos casarse como podemos hacer los heterosexuales. O bien se lo seguimos impidiendo.
Si fuera legislador me sería bastante complicado negarme a semejante derecho.

domingo, 16 de mayo de 2010

Del 2 al 10




"Del dos al diez (cuando ingresan en esos bolsones la plata de la asignación universal) aumenta la recaudación de los bingos y de los casinos y se nutre el circuito ilegal de la droga a través de la plata que recaudan los famosos dealers de la droga”, senador radical Ernesto Sanz.


Del 2 al 10 aumenta la recaudación de supermercados, bares, restoranes, carnicerías, moteles, bingos, casinos, zapaterías, kioscos, farmacias y casas de artículos electrónicos.
Las putas callejeras saben que son sus días fuertes, al igual que los travestis, los vendedores ambulantes, los pibitos que venden flores en los bares, la señora que hace empanadas en el barrio, las empresas que fabrican bebidas alcohólicas con gusto a vino, las segundas marcas de las grandes marcas, los levantadores de quiniela y la caja de recaudación de las loterías provinciales.
Del dos al diez la señora que vende pastelitos en la costanera zafa el mango para que el 30 la olla pueda tener algún nutriente, los mecánicos pueden cobrar los emparches que hicieron milagros para que un Peugeot 404 modelo 64 siga funcionando, los docentes se dan el lujo de comer en un restauran de esos que duelen al pagar la cuenta y los mozos manotean algún mango extra de las propinas.
Los hoteles de 4 o 5 estrellas no encuentran grandes vaivenes de recaudación durante cualquier época del mes. Los restoranes de 4 o 5 cubiertos tampoco. Las damas de compañía tampoco. Les pasa algo parecido a los dealers que consiguen merca buena. Ni hablar si tienen contacto con los choferes de los legisladores, o de empresarios o de periodistas.
Más de la mitad de los beneficiarios del plan de universal de asignación por hijo, pasa hambre o frío. Más de la mitad de los padres de familia o son desocupados o consiguen changas que consiste en sacrificar el cuerpo a cambio de unos billetes. Lo que se dice poner el lomo. Transpirar la camiseta en trabajos físicos.
Un gran porcentaje no frecuenta más territorio que las manzanas que rodean su precaria vivienda. No se van nunca de vacaciones. No comen nunca en un restauran, no duermen nunca en un hotel, no compran nunca merca de la buena, no pisan nunca un casino, ni se imaginan lo que es hacer terapia, ni un spa, ni un calefactor, ni siquiera un cielorraso.
Sanz no revisa nunca el almanaque para meter la mano en su bolsillo. Desde hace años los ciudadanos lo mantienen que sueldos muy altos para que pueda dedicar todo su tiempo a hacerle la vida un poco mejor a los argentinos.
Si Sanz consume cocaína puede pedirle a su chofer que se la compre sea 2, 10 o fin de mes. Comer en un restauran es un hábito. Para viajar usa aviones, para dormir hoteles de los buenos. Probablemente no vaya con frecuencia a los casinos, salvo en enero, en el Conrad de Punta del Este.
A Sanz le sobra capacidad intelectual para saber que el aumento en la venta de drogas y timba son detalles menores a la hora de analizar las consecuencias de la aplicación de la Asignación universal por hijo.
El aumento en la venta de fideos, yerba mate, azúcar y otros alimentos; el impacto directo sobre la escolarización de pibes que pasaban el día en la calle, la cantidad enormemente superior de vacunas colocadas y la recuperación de los pequeños e informales comercios de los barrios, son puntos sobradamente trascendentes para hacer mención al tema. Sanz lo sabe perfectamente. Pero también sabe que hay idos que esperan escuchar las palabras que dijo. Sanz no es bruto. Es cínico.