martes, 18 de mayo de 2010

Matrimonio gay… ¿qué estamos debatiendo?


Hay un punto que tenemos que tener bien claro los argentinos a la hora de pararnos frente al debate sobre el matrimonio gay.
No estamos discutiendo la “normalidad” o la “naturalidad” de los homosexuales. Esta es una discusión que se ha instalado, forzadamente, en forma paralela.
Este no es un debate entre sociólogos, psicólogos y médicos. No estamos analizando si está bien o mal que un hombre elija a otro hombre para convivir o para tener sexo. Por suerte vivimos en un país libre, en el que los homosexuales no son apedreados en un hoyo por el hecho de ser homosexuales. A fuerza de ser claro en la idea, no es delito ser puto o lesbiana.
El debate en cuestión consiste en un punto central: a los homosexuales que ya existen, que eligieron vivir con otra persona de su mismo sexo, o a los que están de novios y les gustaría planificar un futuro juntos, les otorgamos o no, el derecho a elegirse legalmente como esposos.
Una vez que decidamos esto, podremos continuar con todos los análisis físicos, psicológicos o religiosos que se nos ocurran. Pensaremos parecido o diferente, la ciencia dará pasos adelante para poder demostrar o no el origen físico o psicológico de esta condición sexual.
En fin, el tema dará tela para cortar por muchos años. Mientras todo esto ocurra, tenemos que decidir si los dejamos casarse como podemos hacer los heterosexuales. O bien se lo seguimos impidiendo.
Si fuera legislador me sería bastante complicado negarme a semejante derecho.

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